Y ya entrados en las nominaciones de la entrega del Oscar a realizarse el próximo domingo, no sé si lo notaron pero hubo 3 cineastas que tradicionalmente se podrían calificar como consentidos de la academia que sacaron película este año y no consiguieron nominaciones dentro de las ternas principales.
Muy temprano en el año, Darren Aronofsky tuvo un éxito moderado con Noah que sirviéndose de Russell Crowe, Anthony Hopkins, Jennifer Connely, Emma Watson, Logan Lerman y mucha animación digital, nos contaba el episodio bíblico del arca con un ritmo que eufemísticamente se puede calificar de reflexivo. Atrás quedaron las 5 nominaciones de Black swan, las 2 de The wrestler o aquella que Ellen Burstyn recibió por su magistral trabajo en Requiem for a dream.
Al que no le faltaron en número pero sí en importancia, fue a Christopher Nolan pues con Interstellar consiguió 5 nominaciones que saben a derrota nada que ver con las 8 de Inception o The dark knight, aunque ya lo habían ignorado en última parte de la trilogía del Caballero Oscuro, tanto que es como si nadie se acordará que incluso Batman begins tuvo su nominación a mejor fotografía.
Finalmente otro ignorado (hasta cierto punto) es Paul Thomas Anderson, cuyo filme Inherent vice tiene un humor raro que no puede competir con Wes Anderson y sólo cosechó nominaciones por diseño de vestuario y guión adaptado, cuando en entregas anteriores su fuerte eran la actuaciones por las que recordamos a Burt Reynolds (Boogie nights), Tom Cruise (Magnolia), Daniel Day-Lewis (There will be blood) o Phillip Seymour Hoffman, Joaquín Phoenix y Amy Adams (los tres por The master).